Impacto demográfico: Está constatado que la creciente aparición de desastres naturales derivados de la variación en las condiciones del clima aumenta el número de emergencias humanitarias y por lo tanto desplazamientos de la población afectada.
Conflictos: El uso, la explotación o la posesión de los recursos naturales, algunos tan necesarios y básicos como el agua, pueden desencadenar guerras. Estudios de la ONU muestran que más del 40% de los conflictos armados internos de los últimos 60 años están vinculados con los recursos naturales.
Aumento de la pobreza: El cambio climático afecta especialmente a la vida de las personas pobres. Consecuentemente, provoca el aumento en los precios de los alimentos y crea inseguridad alimentaria.
Salud: Un cambio de temperatura de varios grados puede hacer que la zona templada se haga más acogedora a la propagación de determinadas enfermedades. De esta manera, pueden empezar a darse casos de malaria, cólera, dengue u otras enfermedades que están olvidadas en países desarrollados y en zonas que tradicionalmente han sido más frías.
Alimentación: El calentamiento global incide gravemente sobre la agricultura y los recursos hídricos, y puede cambiar la geografía al servicio de la producción de alimentos además de agravar la disminución de los recursos marinos, menguados ya de por sí por la sobreexplotación pesquera.
Acceso al agua: A mayor calentamiento del planeta, mayor escasez de agua. Con el cambio climático disminuye la calidad del agua bruta, con todo lo que ello conlleva para la higiene, la producción agrícola y la industria.
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